Sólo pretendo vivir una vida muy sencilla, sin cosas extraordinarias..., muy oculto a los hombres mi amor por Ti...
Vivir mi vida de enfermo en la Trapa con la sonrisa en los labios... Hacer con sencillez lo que me manden. Obedecer con prontitud..., y esconder a todos, el pequeño volcán de mi corazón, que quisiera morir abrazado a la Cruz de Jesús..., mis deseos a veces de penitencias que no puedo cumplir...
Quisiera dormir en la escalera... Quisiera comer debajo de la mesa del Padre Abad. Quisiera andar vestido de un saco y una cuerda.. Quisiera, Señor, enmudecer por Ti toda la vida... Y quisiera a veces hacerme el loco y salir dando gritos por los claustros del monasterio..., arrastrarme a los pies de todos los religiosos... No sé, Señor, lo que yo haría si me dejaran..., a lo mejor nada.
¡Ah!, ¿quién piensa en blancas cogullas..., cuando veo a mi Jesús desnudo en una Cruz?... ¿Quién piensa en ser apreciado de los hombres, cuando veo a mi Jesús olvidado de sus amigos y despreciado y escupido en la calle de la amargura?...
¿Quién piensa en tener prudencia, cuando vemos a Jesús con una capa y un cetro de loco?... Señor, Señor, yo quisiera ser ese loco..., y recibir las risas y las burlas que Tú recibiste...
Quisiera, Señor, ser ese loco... No sé lo que digo..., pobre oblato trapense, cuya vida quieres Tú que se deslice en silencio, en oscuridad..., en sencillez... Sea, Señor, cumplida tu voluntad.
Qué cita maravillosa el Hno Rafael siempre te deja como loco de amor por Dios, al leerlo te trasmite sus sentimientos de tal modo que uno mismo quisiera decir lo que él dice y volverse loco de amor por Cristo.
ResponderEliminarEn comunión profunda,
Gracias Dichosa Ventura.
ResponderEliminarSan Rafael desde lo escondido siempre nos sorprende.
un abrazo
adri
Siempre que leo al Hno Rafael mi corazón se alegra, se sonríe y desea decir a Jesús lo que él le dice con esa sencillez y transparencia.
ResponderEliminarSí, Señor, danos la locura de Rafael, la de Fray Leopoldo y la de tantos hermanos en la fe que nos entregan tu VIDA EN ELLOS. Danos la locura del amor a la que nos has llamado, haznos dóciles a ella y alegres seguidores tuyos en la alegría de la cruz, en la comunión con los hermanos más pequeños y frágiles.
Walkingwoman tambien comparto contigo esa locura de Rafael.
ResponderEliminarDios nos conceda la valentia de ser siempre dociles a su llamado.
un abrazo y nos alegra que participes en esta casa de Rafael.
Adriana